viernes, 7 de mayo de 2010

Hace 57 años la mujer fué tomada en cuenta para votar, abriéndose camino para lograr igualdad en México

Al grito de “¡Que lo repita! ¡Que lo repita!”, más de 20 mil mujeres congregadas en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México el 6 de abril de 1952, demandaban el compromiso al candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines para que cumpliera con su promesa de plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas.

Ruiz Cortines repitió su compromiso y la algarabía femenina se apoderó del lugar, y un año después de ese histórico mitin, el 17 de octubre de 1953, Ruiz Cortines --ya como presidente-- cumplió su palabra y promulgó las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal. Se cumplía así un sueño, se consumaba una lucha y comenzaba otra que aún no ve final: la pelea por la ciudadanía plena de las mexicanas.

México era uno antes de 1953 y es otro después de ese año, cuando se reconoció oficialmente el derecho de las mujeres a elegir a sus gobernantes y a ser electas, pero ese reconocimiento no fue un obsequio ni una concesión, sino el resultado de movimientos universales y locales a favor de la equidad de género.
Sin embargo, 50 años más tarde en una sesión solemne por el 50 aniversario del voto femenino en México y con un salón de plenos adornado con flores se destacó afirmó que la condición de madre soltera, indígena, pobre, discapacitada y analfabeta ha sido pretexto para que las mujeres sean maltratadas, asesinadas, desaparecidas y violadas. Agregó que el hecho de ser consideradas la parte esencial de la familia las obliga a permanecer al lado de quienes, ostentando su poder, violan a diario los derechos de las mujeres.

Pero, al mismo tiempo, se hizo un llamado para modificar las leyes que oprimen a las mujeres al considerar que la ausencia de la equidad las excluye de los espacios de toma de decisiones. “El voto no es una concesión, nacemos con derechos”, aseveró la diputada Micher, quién reconoció una vez más que ha sido el movimiento de mujeres y feminista los que han logrado colocar la visión de género en la agenda legislativa.

El entonces presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión, señaló que “el alma de este país son sus hombres, pero el corazón de México son sus mujeres”. Reconoció que ha sido lento el avance en la participación política de las mujeres, sin embargo el Congreso es testigo de debates diarios que han dado lugar a las reformas del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) y la ley que creó el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

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